Jornada de Puertas Abiertas en HECHO (Huesca). 30 de mayo de 2025

La siembra y la cosecha de forrajes son una práctica agrícola común y tradicional que permite almacenar los forrajes excedentarios de primavera y otoño para alimentar a los animales en otras épocas del año o en diferentes lugares. A lo largo de los años, se han desarrollado técnicas y maquinaria para resolver la principal dificultad del secado natural del forraje cosechado y para reducir la mano de obra y el tiempo necesarios para la confección de bolas o rotopacas. Las balas de heno y las bolas de henolaje o ensilado envueltas en plástico salpican los paisajes veraniegos de campos y corrales, creando un escenario donde la ganadería y la agricultura se unen para forjar un tejido económico y social en las zonas rurales.

Balas redondas de hierba en el campo

 

La temporada de cosecha termina entre días lluviosos y soleados que nos permiten trabajar, y hacemos balance de los kilogramos recogidos y de los meses que podremos prolongar la alimentación de nuestros animales. Pero… ¿qué pasa con la calidad de estos forrajes? ¿Cómo afectará al consumo o a la producción de leche en las ovejas? ¿Cómo afecta la calidad al precio por kilogramo o al nivel de proteína del forraje obtenido?

Estas y otras preguntas fueron el tema de discusión y debate entre los participantes en la Jornada de Puertas Abiertas celebrada el 30 de mayo de 2025 en la localidad de Hecho, titulada “La importancia de cosechar forrajes de calidad para una ganadería más rentable y sostenible”.

 

Presentación de Roberto Ruiz (Neiker) en el salón de plenos del Ayuntamiento de Hecho

 

ASPECTOS CLAVE EN LA CALIDAD DEL FORRAJE

Entre los conceptos más interesantes a la hora de hablar de la calidad del forraje para la alimentación animal se encuentran la palatabilidad y la digestibilidad, que indican cuántos kilogramos de forraje es capaz de consumir una oveja (palatabilidad) y cuánto de él será utilizado (digestibilidad). Ambas cualidades determinan el VALOR RELATIVO de un FORRAJE (VRF), un concepto que es cada vez más significativo tanto a nivel nutricional como comercial para clasificar y rentabilizar los forrajes.

La calidad a la que nos referimos depende del clima, de la mezcla de especies en el pasto y del momento de la siega, una decisión crucial en la que se debe tener en cuenta el estado óptimo de cada cultivo, no solo el rendimiento, ya que la cosecha de tallos lignificados disminuye la calidad del forraje y reducir su valor relativo.

 

ALGUNAS IDEAS PARA LA MEJORA

  • Planifique la siembra; si es posible, escalónela para que la cosecha no venga toda a la vez y se pueda realizar progresivamente a lo largo de varios días.
  • Corte las gramíneas y las mezclas polifíticas al principio de la elongación del tallo, las leguminosas al 50% de la floración o antes, y las vezas o guisantes cuando se formen las vainas basales y sean visibles las flores apicales. Retrasar el tiempo de corte reduce la calidad tanto del heno como del ensilado.
  • No corte demasiado cerca del suelo; las partes bajas pueden transportar tierra, aumentando el riesgo de listeria, y también son más fibrosas, con menos proteína y menor VRF. Si el cultivo ha madurado demasiado, eleve la altura de corte lo máximo posible; de nuevo, la calidad compensará la cantidad, y la materia seca que quede en el suelo servirá de abono.
  • Por último, analice los forrajes y clasifíquelos según su calidad. Esto le permitirá alimentar a los animales según sus necesidades fisiológicas.

 

Este evento se celebró en el marco del proyecto LIFE Green Sheep y fue organizado por Oviaragón para transferir los conocimientos adquiridos y sensibilizar al sector productivo hacia un modelo más eficiente y respetuoso con el medio ambiente. El proyecto LIFE Green Sheep ofrece a los ganaderos soluciones concretas para reducir significativamente su huella de carbono. Visite el sitio web del proyecto en https://life-green-sheep.eu/ y consulte a un veterinario asesor de Oviaragón para obtener orientación.

Participantes en el evento, visitando los prados