Catalin DRAGOMIR es el director científico del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo en Biología Animal y Nutrición (IBNA), y socio responsable del proyecto en Rumanía.
“Cuando el coordinador del proyecto me invitó a unirme al consorcio de 40 socios, la idea principal del proyecto LIFE Green Sheep me pareció muy atractiva porque representa un muy buen ejemplo de escalado eficaz de los resultados de la investigación.
Por ejemplo, tomar los resultados de la investigación a nivel de fisiología animal y valorizarlos a nivel de todo el sector, utilizando un enfoque específico. De este modo, se impulsa la transferencia de tecnología.
Más concretamente, valorizar los resultados de varios campos de investigación bastante especializados (metabolismo del rumen, biotecnologías, recursos genéticos) en evaluaciones del ciclo de vida a nivel de toda la granja, todo ello dentro de un objetivo que interesa a toda la sociedad: reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Además, el enfoque del proyecto es nuevo para el sector ganadero rumano (no sólo para el ovino): es la primera vez que se utiliza en Rumanía una herramienta de evaluación tan completa (CAP’2ER, IDELE…),y también es la primera vez que las evaluaciones de las emisiones de GEI se realizan a nivel de granja y de forma sistemática. Permite el primer seguimiento a gran escala de los GEI de las explotaciones ganaderas (con la posibilidad de identificar los principales factores de influencia), y va a ser la primera vez que se apliquen medidas específicas de mitigación de GEI a gran escala, dentro de un sistema que permite tener feed-back sobre su eficiencia, etc.
También resulta interesante y estimulante trabajar en sistemas de producción ovina tan diversos (por ejemplo, desde explotaciones de subsistencia hasta explotaciones muy modernas e intensivas), con personas de distinta formación profesional, etc. También es un reto optimizar entre la necesidad de reducir la huella medioambiental de una explotación y la necesidad de garantizar su resiliencia económica.
No hay que olvidar nunca que las explotaciones de rumiantes no son sólo empresas o actividades que generan emisiones, también tienen un importante papel social: producir alimentos, generación y conservación del paisaje, contribuir al desarrollo económico y social en zonas desfavorecidas, etc. Además de mostrarles cómo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, nuestro objetivo es prestar atención a su eficiencia económica y a los servicios sociales y medioambientales que prestan..