Diversidad de sistemas. Hasta la fecha, los distintos países socios del proyecto han realizado el 90% de las evaluaciones medioambientales de las granjas demostrativas. La base de datos incluye 373 explotaciones lecheras, principalmente con sistemas de producción semiextensivos, y 846 explotaciones cárnicas con una mayoría de sistemas semiintensivos (Figura 1). La clasificación definida a escala europea se basa en la carga ganadera para el sector cárnico y en el tiempo de estabulación para el sector lácteo. Un sistema lechero semiextensivo significa que las ovejas están fuera, en pastos cercados, la mayor parte del tiempo, pero alojadas durante un breve periodo en torno a la paridera y lactancia de los corderos. Un sistema cárnico semi-intensivo significa que la carga ganadera oscila entre 5 y 11 ovejas por hectárea. La heterogeneidad observada en la distribución de los distintos sistemas ganaderos dio lugar a un debate sobre la conveniencia de redefinir las tipologías. En efecto, parece que los sistemas semiextensivo y semiintensivo están sobrerrepresentados en ambos sectores. Para una mejor representación de cada tipología, podría ser interesante redefinirlas. Estas posibles modificaciones se están debatiendo actualmente.
Figura 1 – Distribución de los distintos sistemas ganaderos de las explotaciones lecheras (a la izquierda) y cárnicas (a la derecha) demostrativas Resultados medioambientales coherentes en todos los países La unidad utilizada habitualmente para expresar las emisiones de gases de efecto invernadero es en kg de CO2 equivalente por unidad de producto, siendo estos os litros de leche corregidos por el contenido de proteína y grasa (FPCM) en las granjas lecheras, o los kg de canal en las cárnicas. Los resultados presentados a continuación son emisiones brutas, es decir, no se tiene en cuenta el almacenamiento de carbono. Los resultados preliminares que consideran el almacenamiento de carbono posiblemente llevarían a conclusiones diferentes, pero la comparación de la evaluación del almacenamiento de carbono entre herramientas aún no está terminada. La huella de carbono media de los rebaños de ovino lechero es de 3,61 kg eq CO2 / kg FPCM. Las emisiones de las explotaciones rumanas son superiores a las de otros países (Figura 2), porque las producciones de leche por oveja son inferiores (unos 60 L/oveja frente a unos 250 L/oveja en Francia y España, por ejemplo). La media de emisiones de GEI en las explotaciones cárnicas es de 38,1 kg eq CO2 / kg canal. Actualmente estamos analizando las diferencias entre países para comprender mejor los resultados. Figura 2 – Huella de carbono bruta de las explotaciones ovinas lecheras (a la izquierda) y cárnicas (a la derecha) según los distintos países, expresada en kg eq CO2 / unidad de producto Diferentes resultados medioambientales según los distintos sistemas de producción En las explotaciones lecheras, hay diferencias significativas entre los sistemas extensivo, semiextensivo y semiintensivo (Figura 3). Cuanto más intensivo es el sistema, más leche produce, por lo que menores son las emisiones de GEI (expresadas en kg eq CO2 / FPCM). En el caso de la carne, las diferencias son menos evidentes, el patrón es notable entre extensivo/semi-extensivo e intensivo/semi-intensivo (Figura 3). Figura 3 – Huella de carbono bruta de las explotaciones de ovino de leche (a la izquierda) y de carne (a la derecha) según los distintos sistemas de producción, expresada en kg eq CO2 / unidad de producto Fuentes de emisión similares Tanto en el sector lácteo como en el cárnico, la principal fuente de emisiones de GEI es la fermentación entérica que produce metano (Figura 4). Se calcula en función del número de animales presentes y de su alimentación (cantidad ingerida y composición de la dieta, en particular). La gestión del estiércol, que libera óxido nitroso durante el esparcimiento y metano durante el almacenamiento, es la segunda fuente de emisiones (marrón). La principal diferencia entre el sector lácteo y el cárnico es la proporción de concentrados comprados, que es mayor en el sector lácteo (morado). . Figura 4 – Distribución de las distintas fuentes de emisión de GEI a escala de explotación en los sectores lácteo (a la izquierda) y cárnico (a la derecha)